Lic. Patricia Abdo Jimenéz

La actividad física como tratamiento contra el cáncer

  • bicicleta actividad de mediana intensidad

El interés en la relación que tiene la actividad física y el riesgo de desarrollar cáncer ha ido creciendo durante la última década.

Hay estudios que demuestran que el ejercicio parece tener un efecto protector contra al menos cuatro tipos de cánceres diferentes. Sobre todo cáncer de mama, de próstata, cervico uterino y de colon. 

Además, las investigaciones han arrojado que estar en forma ayuda a recuperarse tras el tratamiento contra la enfermedad.

Ampliamente aceptada está la evidencia de que estar en buen estado físico parece tener un efecto protector contra el cáncer.

¿Qué grado de protección proporciona el ejercicio, por ejemplo en el caso del cáncer de mama?

Se han hecho algunos estudios epidemiológicos. Uno de los más importantes que fue publicado recientemente, el cual indicaba que alrededor del 10% del cáncer en mujeres postmenopáusicas puede ser atribuido directamente a la inactividad física.

Eso quiere decir que uno de cada 10 casos de ese cáncer estaba vinculado a la falta de ejercicio.

¿De cuánto ejercicio estamos hablando?

Las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señalan que deberíamos hacer alrededor de 150 minutos de ejercicio de intensidad moderada a la semana.

Eso significa, por ejemplo, una caminata a paso rápido o andar en bicicleta, y lo que te sugiero es que lo hagas por períodos de unos 30 minutos.

Así que cinco veces por semana, 30 minutos de ejercicio moderado.

Si se trata de ejercicio de alta intensidad, como entrenar pesas, trotar, hacer spinning, etc.. con 75 minutos a la semana es suficiente para reducir tu riesgo sanitario.

¿Se sabe cuál es el impacto del ejercicio en personas que ya tienen cáncer en términos de las posibilidades de recuperación?

Al parecer la actividad física y estar en buena forma tienen un efecto importante en los índices de supervivencia del cáncer.

Eso se traduce en que las personas que tienen mejor estado físico mejoran los índices de supervivencia en cinco o diez años.

¿Tenemos alguna idea de cuál puede ser el mecanismo que provoca la mejoría?

Son varios los efectos protectores que ejerce la práctica regular de ejercicio físico.

En primer lugar, la gente que tiene un buen estado físico tiene más posibilidades de soportar las terapias contra el cáncer. Esto incluye la quimioterapia, la radioterapia y la cirugía. En el caso de la quimioterapia, las personas con buena condición física toleran mejor este tratamiento e incluso están empezando a surgir evidencias de que también sufren menos efectos tóxicos secundarios.

El ejercicio es antiinflamatorio lo que significa que ayuda al organismo a evitar la sobre producción de sustancias inflamatorias, las cuales son potentes fertilizantes de los tumores. El tener procesos inflamatorios crónicos aumenta el riesgo de que el cáncer retorne y reduce las posibilidades de supervivencia.

Por lo tanto, considero que es muy importante que se les diga a las personas que han sido diagnosticados con cáncer, que el descanso no es la solución para la enfermedad. Hay que mantenerse activos.

Pero uno puede pensar que esforzarse mucho haciendo ejercicio puede repercutir negativamente en la salud...

- Al contrario. Y la recomendación ha cambiado en los últimos 20 años, como resultado del aumento de evidencia que indica que el ejercicio es benéfico.

Antes solía ser así, si te sientes mal acuéstate y reposa, eso te ayudará a recuperarte. Pero, de hecho, parece ser todo lo contrario, el movimiento y la actividad física poco después de una cirugía por cáncer o durante el tratamiento puede mejorar el pronóstico a largo plazo.

El ejercicio es toda una panacea, si alguien lo hubiera inventado y patentado como una terapia médica, estoy segura de que sería muy popular.